lunes, 30 de mayo de 2011

Extremos de la intolerancia

Por VenEconomía
En los últimos días se han desatado en varios estados de Venezuela actos vandálicos en contra de íconos importantes de la Iglesia Católica.
Esta nueva ola destructiva de bienes patrimoniales del venezolano y de su Iglesia Católica, comenzó en el estado Lara, cuando el jueves 26 de mayo amanecieron varias imágenes y vitrales de la Divina Pastora, baleadas, pintarrajeadas y parcialmente destruidas.
Esto dio pie para que el Semanario La Razón y otros analistas sugirieran que los ataques provendrían de radicales del chavismo y que estaban dirigidos contra el gobernador Henri Falcón. Cabe recordar que Falcón fue otrora militante de las filas del chavismo, pero hoy es combatido por el Gobierno por haberse sumado a las filas de la unidad democrática.
Ahora bien, si este vandalismo se hubiera circunscrito sólo a Lara y su patrona, no habría por qué dudar que estos analistas estuvieran en lo cierto. Ya se sabe que la agresión y el ataque son las armas de combate del Gobierno para abatir a sus contrincantes.
Pero, los ataques a las imágenes religiosas del catolicismo no quedaron sólo en Lara, lamentablemente se han extendido a varios estados: En Yaracuy, Portuguesa y Anzoátegui, donde se han destruido monumentos de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, la Virgen del Valle, patrona del Oriente del país, y del Venerable Dr. José Gregorio Hernández.
Pero, los ataques tampoco se han circunscrito a monumentos o propiedades de la Iglesia Católica, también se han dirigido contra los lugares de culto de la población judía venezolana. La Sinagoga de Caracas fue profanada y saqueada en febrero de 2009 Y este lunes, la Sinagoga Beth Abraham, de la Florida fue invadida por unas 20 personas, que piden su expropiación al Gobierno.
Los católicos y los judíos son dos de las comunidades religiosas más importantes de Venezuela, que tienen en sus centros de culto puntos de encuentro sin diferencias políticas. Sus credos son fuerzas movilizadoras, y sus representantes en Venezuela han mantenido una posición firme en contra del proceso comunista que se afana en incrustar Chávez a los venezolanos.
Es, como afirma el psicólogo Axel Capriles, muestra de "que el culto al bolivarianismo, como una religión laica, está creando una psicología de sectarismo que deriva en un pensamiento fanático e intolerante", propias de "gobiernos totalitarios de distintas ideologías, desde el comunismo, hasta el nazismo".
Estas barbaries derivan de un "líder religioso", como ha sido catalogado Hugo Chávez, que promueve la intolerancia hacia los derechos, creencias, valores y principios de los otros, con un mensaje violento, de odio que no reconoce al contrario.

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