jueves, 26 de mayo de 2011

Fallece en Miami “el rey de las guayaberas”

JUAN CARLOS CHAVEZ/JCCHAVEZ@ELNUEVOHERALD.COM
Ramón Puig, el hombre que revivió el uso de la guayabera en el exilio y vistió a presidentes, congresistas y artistas, falleció el pasado 29 de abril en un hospital de Miami. Tenía 90 años.
“Mi marido fue la persona más bondadosa y trabajadora que conocí en toda mi vida”, dijo a El Nuevo Herald Juana María, viuda de Puig. “Tenía una pasión increíble por su trabajo”.
Considerado como un maestro en el arte del diseño y la confección de guayaberas hechas a la medida, Puig llegó al sur de la Florida en 1968 con los Vuelos de la Libertad. Sólo tres años después de su exilio forzado abrió las puertas de su primera sastrería frente al emblemático restaurante Versailles, en la Calle Ocho y la 35 avenida del suroeste. Fue el comienzo de un sueño que nunca abandonó a pesar de las adversidades y trabas de comenzar en un país ajeno: revivir el exitoso negocio que tenía en su natal Cuba antes de la revolución castrista.
“Era un gran cubano y un profesional en toda la palabra”, sostuvo Felipe Valls, dueño del Versailles. “Recuerdo su buen humor y calidad humana”.
Puig nació el 4 de septiembre de 1920 en la ciudad de Sancti Spiritus. Estudioso y detallista, aprendió el oficio de sastre siendo muy joven con una mezcla de pasión y técnica que supo mantener hasta el final. No había cumplido 24 años cuando abrió las puertas de su primer establecimiento de diseño y confección de guayaberas en el poblado de Zaza del Medio, provincia de Las Villas. Desde allí viajó por toda la isla vendiendo sus piezas a cubanos importantes.
En Miami, la historia de Puig abrió paso a un nuevo local, ubicado en 5840 SW Calle Ocho Ahí se consolidó al legendario Rey de las Guayaberas con prendas para todos los bolsillos y aquellas fabricadas con exquisito lino irlandés y algodón egipcio, con precios superiores a los $500.
El productor musical Emilio Estefan rememoró la pasión de Puig por su trabajo y el amor que sentía por cada guayabera que salía de su sastrería.
“Es la historia de un hombre que trajo la cultura cubana a Miami y por eso creo que hay muy poca gente que no tiene una guayabera de Ramón Puig. Mi primera guayabera me la hizo él”, declaró Estefan el martes. “Se la pedí con el cuello chino y me dijo que no era tradicional. Fue un cubano sencillo, parte de una generación que trajo mucho orgullo porque empezaron a luchar desde cero”.
Localmente su trayectoria en los negocios fue premiada más de una vez. Un tramo de la Calle Ocho, entre las avenidas 62 y 67 del suroeste de Miami, lleva desde agosto del 2006 el nombre de Ramón Puig.
Tomás Regalado, alcalde de Miami, destacó el empeño de Puig para que las nuevas generaciones de cubanos y de otras nacionalidades entendieran el significado tradicional de la guayabera cubana.
“En mis tiempos de periodista tuvimos mucha relación con él”, manifestó Regalado. “Incluso cada año teníamos programas de radio sobre el Día de la Guayabera. Puig era el hombre que puso a los americanos a vestir esta prenda”.
Puig vistió con sus guayaberas a por lo menos tres presidentes de Estados Unidos y más de una decena de América Latina. De la pared de su oficina siempre colgó una foto del fallecido Ronald Reagan luciendo una de sus elegantes camisas hechas a la medida.
Juan Manuel Salvat, dueño de la Librería y Editorial Universal, amigo y cliente de muchos años de Puig, dijo que la muerte de la más famosa personalidad de las guayaberas de Miami deja un gran vacío local.
“Puig fue una institución porque nadie como él hizo la guayabera en toda su belleza y posibilidades”, indicó.


Cort. El Nuevo Herald

No hay comentarios:

Publicar un comentario