SANTIAGO /AFP— Sebastián Piñera, que el jueves asume como nuevo presidente de Chile, aseguró este lunes que mantendrá al ejército desplegado en las zonas más devastadas por el sismo del 27 de febrero, y reiteró que podría ampliar su presencia a otras localidades.
Piñera desestimó los dichos del actual ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, de que los militares en la calle recordaban la época de la dictadura de Augusto Pinochet. "Los militares son chilenos como todos los demás", dijo a la radio local ADN. "Este prejuicio es absurdo, hay que eliminarlo de nuestra mente", agregó.
El presidente electo indicó que es importante dejar a los militares en la calle, pues "son una institución que tienen herramientas muy útiles en época de catástrofe".
La presidenta Michelle Bachelet desplazó a 14.000 militares a las regiones de Biobío y Maule (las dos más afectadas por el sismo del 27 de febrero y el maremoto posterior) como parte de un estado de excepción por catástrofes. Ambas regiones fueron objeto de saqueos generalizados los primeros días.
La decisión de Bachelet no fue fácil, según reconoció el ministro Bitar.
"La idea de tener a los militares en la calle no fue fácil", dijo el ministro, recordando que el terremoto obligó a sacar a miles de militares a las calles por primera vez en los 20 años de gobiernos de la Concertación, la coalición de izquierda que llegó al poder tras la dictadura de Pinochet.
Piñera dijo este lunes que su gobierno va a ampliar el estado de catástrofe en forma selectiva en aquellas localidades que lo requieren", reiterando dichos de la semana pasada.
Nueve días después de la tragedia el gobierno ajusta sus cifras, y este lunes anunció que hay 497 muertos identificados.
El balance oficial de muertos fue fijado en 802 el miércoles pasado, pero tras algunas dudas el gobierno decidió cambiar la metodología en la entrega de información, dando solamente los fallecidos identificados, sin precisar cuántos fallecidos hay sin identificar ni cuántos desaparecidos.
Mientras tanto el ministro Bitar estimó en 1.200 millones de dólares los daños en infraestructura pública y transporte -citando 20 puentes para reparar y 20 para reconstruir- y su par de Salud estimó en 3.600 millones de dólares la reconstrucción de hospitales destruidos.
Piñera por su parte señaló que prepararía un "proyecto de ley de urgencia, una ley de reconstrucción" para ajustar el presupuesto de 2010 a las necesidades de la catástrofe.
Bachelet, en sus últimos cuatro días de mandato, prosiguió con una gira por las regiones siniestradas, visitando este lunes Dichato y Constitución, dos de lso balnearios más afectados por el maremoto.
El país intenta volver a la normalidad, y como símbolo de ello cerca de 1,8 millones de alumnos (80% de los estudiantes) iniciaron este lunes el año escolar, aunque en las zonas siniestradas muchas escuelas no pudieron abrir.
"Yo extrañaba a mis amigos. No tengo miedo de que haya réplicas", dijo un muchacho previo a ingresar a un colegio de Santiago.
El año escolar en Chile se iniciaba oficialmente el 3 de marzo, pero el terremoto obligó a postergarlo hasta este lunes.
En las zonas más afectadas, como la ciudad de Concepción (500 km al sur de Santiago) y la vecina región del Maule, se estima que las clases se iniciarán entre el 15 de marzo y el 5 de abril, después de que se inspeccionen los edificios escolares.
"Lo importante es la seguridad de los niños, no podemos correr riesgos", dijo la ministra de Educación, Mónica Jiménez, al inaugurar el año escolar en un colegio de Santiago.
"Alegrémonos, porque hoy día el 80% de niños está volviendo a clases", añadió.
En el Colegio Metodista de Concepción, uno de los más importantes de esa ciudad, la cruz de la cúpula de su iglesia está torcida y sólo se ve a un hombre trepado en una escalera sacando vidrios rotos de las ventanas.
"El gimnasio (del colegio) tiene cuatro vigas quebradas. La biblioteca está inhabilitada, también la sala de cuarto de secundaria, hay grietas por muchas partes", comentó a la AFP.
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