Foto: Archibo, ABN
Caracas, 04 Feb. ABN.- La defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, afirmó este jueves que el llamado movimiento estudiantil organizado por la oposición carece de una consigna coherente, tal como lo demuestran, a su juicio, las más recientes movilizaciones promovidas por este sector en el país.
“Uno extraña el movimiento estudiantil que tenía una consigna coherente. No existe una coherencia en sus demandas. Es bastante complejo apoyar a esos muchachos en la transformación que exigen si realmente no tienen una razón sostenida en el tiempo sobre qué es lo que los anima a estar en la calle”, opinó la representante del Poder Moral en una entrevista transmitida por la televisora privada Venevisión.
No obstante, la Defensora reiteró su llamado al diálogo con los universitarios sobre los derechos humanos, y aseguró que su despacho puede convertirse en un elemento de interlocución entre los estudiantes opositores y las autoridades.
Ramírez también cuestionó que estos grupos de jóvenes intenten propiciar la violencia en las calles, cuando existen los canales necesarios para manifestar sus exigencias. “La protesta es válida pero si podemos canalizar la comunicación lo haremos porque es nuestra misión”, añadió.
En ese sentido, ratificó que “si pequeños grupos focalizados atentan contra el derecho de expresarse pacíficamente del resto, deben actuar los cuerpos de seguridad. El Estado debe preservar la paz frente a todo evento que ocurra en el país”.
“¿Cómo puede ser pacífica una protesta que impide el libre tránsito?”, se preguntó la representante del Poder Ciudadano, a propósito de un correo enviado la semana pasada por la directiva de la Universidad Simón Bolívar en el que advertía la obstrucción de los accesos a la casa de estudios por las protestas. “¿Cómo puede decir el Rector que apoya la protesta pacífica si reconoce que los accesos a la universidad están obstruidos?”, se preguntó.
Por el contrario, la Defensora instó a los jóvenes opositores, a los factores políticos y a todos los liderazgos de la sociedad a concentrar sus esfuerzos en la generación de una conciencia de protección del planeta, especialmente en un momento en que la sequía que amenaza al planeta convirtió en un problema continental la generación de hidroelectricidad.
“Uno extraña el movimiento estudiantil que tenía una consigna coherente. No existe una coherencia en sus demandas. Es bastante complejo apoyar a esos muchachos en la transformación que exigen si realmente no tienen una razón sostenida en el tiempo sobre qué es lo que los anima a estar en la calle”, opinó la representante del Poder Moral en una entrevista transmitida por la televisora privada Venevisión.
No obstante, la Defensora reiteró su llamado al diálogo con los universitarios sobre los derechos humanos, y aseguró que su despacho puede convertirse en un elemento de interlocución entre los estudiantes opositores y las autoridades.
Ramírez también cuestionó que estos grupos de jóvenes intenten propiciar la violencia en las calles, cuando existen los canales necesarios para manifestar sus exigencias. “La protesta es válida pero si podemos canalizar la comunicación lo haremos porque es nuestra misión”, añadió.
En ese sentido, ratificó que “si pequeños grupos focalizados atentan contra el derecho de expresarse pacíficamente del resto, deben actuar los cuerpos de seguridad. El Estado debe preservar la paz frente a todo evento que ocurra en el país”.
“¿Cómo puede ser pacífica una protesta que impide el libre tránsito?”, se preguntó la representante del Poder Ciudadano, a propósito de un correo enviado la semana pasada por la directiva de la Universidad Simón Bolívar en el que advertía la obstrucción de los accesos a la casa de estudios por las protestas. “¿Cómo puede decir el Rector que apoya la protesta pacífica si reconoce que los accesos a la universidad están obstruidos?”, se preguntó.
Por el contrario, la Defensora instó a los jóvenes opositores, a los factores políticos y a todos los liderazgos de la sociedad a concentrar sus esfuerzos en la generación de una conciencia de protección del planeta, especialmente en un momento en que la sequía que amenaza al planeta convirtió en un problema continental la generación de hidroelectricidad.
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